Vive el presente
Nuestro artículo de hoy parte de la famosa frase del carpe diem, para reflexionar sobre el pasado, presente y futuro y aprovechar el momento presente por encima de todo, porque un poquito de «disfruta la vida» no le viene mal a nadie, ¿verdad?
La realidad a la que nos enfrentamos hoy en día es que, a la velocidad que se mueve nuestra sociedad, no tenemos tiempo de nada. ¿Y qué hacemos con el tiempo libre que tenemos? Lo planificamos. Tenemos que hacer esto o aquello, ver a alguien, estudiar, practicar, prepararnos, prepararnos… y así van pasando nuestros limitados días, entre planes de un futuro mejor que vamos dejando atrás sacrificando nuestro presente.
Nuestra introducción te puede parecer un poco confusa, ¿estamos en contra de planificar? ¿de aprender? ¿de mejorar? ¿de prepararnos? ¡En absoluto! Por supuesto que no, pero no está de más que, como todo en esta vida, lo hagamos con moderación. De nada te sirve estudiar tres carreras universitarias mientras te conviertes en un ratón de biblioteca si no tienes una ratoncita a tu lado con la que compartir esos concimientos. No podemos entrenar todo el día porque en el momento que no practiques el deporte no sabremos de qué otra cosa hablar, ni con quien. Tampoco analizar todas las posibilidades que ocurrirán mañana cuando nos encontremos con ese chico que nos gusta, porque quizás mañana no aparezca porque tiene gripe. ¿Váis pillando la idea?
Haz menos cosas. Disfrútalas más. Dedícate tiempo.
Lo que te pedimos hoy es que hagas esta reflexión: ¿estoy disfrutando lo que hago? Si estás en un periodo puntual de estrés, tienes un examen, una prueba, una entrevista, quizás no sea el mejor momento para hacer esta reflexión, de hecho no deberías de estar leyendo estas líneas, ¡concéntrate! El problema viene cuando esas pruebas que requieren un esfuerzo y tiempo extra se convierten en tu día a día. No puede ser que lo cotidiano sea estar agobiado, estresado, sin tiempo para ti ni los que te rodean.
Una selección de actividades bien escogida, que nos aporten momentos de relax, con tiempos de descanso entre ellas, es mucho mejor que tratar de abarcar todo lo que «creemos» que debemos hacer para tener una vida plena. Incluso sentarte una tarde delante del televisor puede ser la actividad más gratificante y justo lo que necesitas en este momento (si tienes una buena colección de dvd’s, claro, porque si esperas que te entretengan las cadenas públicas, es que no tienes salvación).
Todos deberíamos hacer un esfuerzo consciente para apreciar el presente. Nunca volveremos a revivir este momento de nuevo.
Decisiones pasadas, presentes y futuras
El presente, tu presente, no es más que el resultado de todas las decisiones que has tomado hasta ahora. Sí, algunos aspectos de nuestra vida no podemos cambiarlos, pero sin embargo la gran mayoría de nuestras vivencias diarias lo son porque nosotros las hemos puesto ahí.
¿Un trabajo para ganar dinero que no cause estrés o un trabajo por el que me paguen menos pero me haga más feliz? No es una decisión sencilla, sobre todo teniendo en cuenta que puedes necesitar el dinero, pero piensa en lo que estás viviendo y en cómo lo vives. Piensa que la mayor parte de tu día se te va trabajando. Realmente quieres pasar tu día a día amargado por un trabajo que no te hace feliz?
Vivir la vida esperando momentos: esperando que llegue el fin de semana peara disfrutar, o a que lleguen las vacaciones para vivir la vida. ¿Es ahí donde queremos estar? Eso hace que el 80% de tu tiempo, incluso más, se convierta en un infierno de pensamientos en los que lo único bueno que queda es un momento en el futuro. ¿No sería mejor vivir el día de hoy, apreciar sus momentos, y disfrutar del paso del tiempo cada día? Debemos buscar cada día algo que nos haga sentir bien viviendo en el presente, y no en una constante expectativa de lo que va a llegar y cómo tenemos que aprovecharlo.
Acepta las consecuencias de tu pasado, y elige mejor: si, lo volvemos a repetir, gran parte de tu situación presente es por las decisiones que has tomado en el pasado. Si no estás contento o satisfecho, de nada te servirá ponerte a recordar amargamente lo que pasó o estudiar concienzudamente lo que podría haber pasado si hubieses hecho otra cosa. Acéptalo, tus decisiones son las que conforman la persona que eres, y ahora que has decidido vivir en el presente esa experiencia te hará tomar mejores decisiones en el futuro… pero estamos en el presente, así que no le des más vueltas.
Vive el presente, respira y sonríe: respirar profundamente, dejarlo todo por unos instantes y concentrarnos en el ahora, en ese ruido de fondo, en esa luz, en el tic tac de un reloj. Eso es el presente, el preciso momento que estás viviendo ahora mismo, mientras lees estas líneas. Sonríe, es incalculable el valor que tiene una sonría para ti y tu entorno. Decide lo que vas a hacer, hacia dónde vas a ir, siempre respirando, siempre con una sonrisa… es el camino a la felicidad.
Ya lucharemos esa batalla cuando llegue: pensar continuamente en el futuro, en todas las posibilidades, en lo que puede pasar mañana, en una semana, en un año, en diez, en lo que harás si pasa esto, lo que harías si pasara lo otro, no es una forma elegante de vivir el presente, es una forma de generarte ansiedad innecesariamente. Ten un plan para el futuro, una dirección hacia donde quieras ir, un plan b si quieres, pero no te obsesiones, sé flexible, abierto a nuevos caminos, ideas y posibilidades. Deja que el futuro te sorprenda, no trates de atar todo desde ahora.
Recuerda el pasado, piensa en el futuro, y vive en el presente.
Y tú cómo vives tu vida? Te esperamos en los comentarios!