Mitos y verdades sobre la pizza
La pizza, esa deliciosa masa horneada, cubierta de tomate y apetitosos ingredientes, es una comida conocida universalmente, que a la mayoría gusta para saciar su hambre rápidamente. Muchas veces acusamos a la pizza injustamente de esos kilos de más que suelen aparecer cuando tienes una vida sedentaria. Aunque nos cueste reconocerlo, salvando contadas excepciones, todos llevamos una vida sedentaria en comparación con lo que lleva haciendo nuestra especie durante millones de años.
Realmente, una buena pizza con pan, aceite de oliva, tomate natural, albahaca, orégano, queso, champiñones, jamón e ingredientes similares es un ejemplo típico de comida mediterránea. Además, incluye los hidratos de carbono, proteínas, grasas y vitaminas adecuados para ser considerada una comida sana, equilibrada y completa. No todas las pizzas tienen que ser una pequeña masa salpicada de grasiento bacon, ni las pizzas más sanas resultan ser menos deliciosas. Las verduras como pimientos y champiñones le dan un gusto exquisito, y el inconfundible aroma de la albahaca aporta todos los beneficios de esta planta si se añade a la pizza después de horneada.
Es mentira que la pizza engorde, lo que engorda es comerse una cantidad excesiva de pizza acompañada de una vida de sofá.
Tampoco engorda porque tenga este o aquel queso, o porque tenga aceite. No es cierto que esos trocitos de jamón que se ponen para darle ese riquísimo sabor son los que hacen que se te marquen los michelines en la cadera. La realidad es que el problema aparece cuando juntamos comida deliciosa + tiempo y esfuerzo mínimo de preparación + precio económico + forma de sofá, y lo alargamos en el tiempo hasta que decidimos comenzar la operación bikini del año siguiente.
Como en la mayoría de los hábitos alimenticios, el equilibrio no está en evitar una comida, sino en comer cada alimento en su justa medida. Está claro que atiborrarte de pizza cada noche delante del televisor es un hábito que te llevará a una barriga que simulará tranquilamente de cinco a nueve meses de embarazo. Es difícil resistir la tentación, pues se trata de una comida deliciosa y muy sencilla de preparar. Nuestro consejo es que te deleites con una pizza de vez en cuando y disfrutes con buen humor de una dieta sin sacrificios. Además, la preparación casera, o una pizzería de tradición y confianza, son la mejor forma de asegurarnos que estamos comiendo ingredientes de calidad.
Tampoco es necesario que vayas a tomar esa pizza a la falda de una montaña en los alrededores de Siena en la Toscana italiana, pues hay buenas pizzerías en todo el mundo, pero seguro que el viaje te sienta muy bien.
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