Conversación forzada
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Alex nos envía: bueno amigos, les escribo para despejar algunas dudas con respecto a este artículo, que cabe recalcar me ha servido de mucho. Un poco para contarles bien la duda que tengo, quiero que primero se pongan en mi contexto. Yo era una persona bastante depresiva y obviamente silenciosa, yo mismo decidí salir de todo esto y me comencé a instruir poco a poco y he tenido un avance considerable, he llamado la atención de mucha gente, he comenzado nuevos proyectos, mi valentía ante ciertas situaciones es bastante notoria, aunque es obvio que me quedan algunos pasajes por completar de mejor manera como la autoestima por ejemplo, pero todo esto es un trabajo que lleva su tiempo y no hay que echarse a morir. Bueno una de las cosas que me afectaba bastante de mi ego era justamente el no tener un tema de conversación y sentirme un hombre muy poco interesante, a pesar de que físicamente e intelectualmente tengo mi ego. En fin, ahora tengo los temas en mente y muchos, pero a veces en algunos casos al momento de entablar una conversación no encuentro la herramienta necesaria para que esta me salga fluida y no suene a interrogatorio, me gustaría mucho que me ayudaran ya que los consejos que he leído de su pagina me han sido de gran ayuda. De antemano agradezco que se den el tiempo de leer este mail y espero que les vaya fenomenal. un abrazo.
Estimado Alex,
te agradecemos tus comentarios, y nos parece estupendo que hayas avanzado tanto como persona. Desde aquí te mandamos un montón de ánimo para seguir adelante en cualquier situación en la que la vida te sitúe. Nos planteas que tienes un montón de temas de conversación, pero que no quieres que suene como que estás «interrogando» a la persona. Parece ser que te sientes presionado a iniciar la conversación, o responsable de ella, y que esa presión te bloquea y te hace forzar situaciones que de otro modo fluirían naturalmente.
Déjanos que te aliviemos de esa presión contándote un pequeño secreto: ¡no necesitas hablar! Cuando estés en alguna situación con otra persona o grupo, limítate a sonreír y a tomarte las cosas con calma. Te preguntarás, ¿cómo te decimos eso?. Hemos observado que en nuestra cultura le damos muchísimas vueltas a las situaciones, y que el silencio nos parece poco más que un fracaso. ¡Olvídate del tópico! En otras culturas, como en los países nórdicos, no se considera una obligación mantener una conversación, ¿que puedes ir en el coche con alguien durante media hora sin hablar? Pues sí, se puede, y no se considera una descortesía. Sencillamente, no surgió ese momento para hablar, o una de las personas estaba sumida en sus pensamientos…
¿Te decimos esto para que te conviertas en Bob el silencioso? No, en absoluto, es sólo para aliviarte de la presión de conversar si no ves el momento, o no te viene la idea, la broma, la frase de inicio con la que te sientas cómodo en una situación con otras personas. Verás que, si realmente no lo ves como obligatorio, te sentirás más libre de hacerlo cuando te apetezca, y serás más abierto con los demás porque conversarás porque quieres, no porque debes. Y un consejo extra: si te ves atrapado en una situación en la que sientes que estás interrogando a la otra persona, tómate un poco de tiempo en hacer preguntas abiertas, que permitan a la persona hablar un poco más que una simple respuesta corta, e incluso cambiar de tema. No preguntes como introducción: ¿viste el partido?¿hace un buen día,verdad?¿qué estudias? Sino cámbialo por ¿te gustan los deportes? ¿por qué se quedaría la gente en casa con este tiempo?¿piensas que la universidad es más útil que la experiencia? La diferencia es que las últimas preguntas son abiertas, no se pueden responder con un sí o un no, la persona tiene que aportar algo sobre lo que piensa y por tanto introducirse de lleno en la conversación.
Esto es todo de momento, ¡esperamos que te sirvan nuestros consejos!
Un abrazo,
viveaunmejor.com
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