Consejos para la vuelta al cole.

creative commons license by REcuerdos de PandoraYa sea en el cole o en el instituto, tras la vuelta de las vacaciones a la escuela se produce un cambio que es crucial en los hábitos de nuestros hijos. Debemos planificar muy bien este comienzo del curso para que lo retomen con energía y emprendan con entusiasmo un curso más en una de las etapas más importantes de su vida: la formación. Te aportamos una lista de consejos a tener en cuenta, ¡cuéntanos los tuyos en los comentarios!

Tener la cantidad adecuada de sueño: dormir un mínimo de ocho horas es lo recomendable, en especial en esta edad en la que los niños están haciendo un esfuerzo mental. Es recomendable ir adaptando los hábitos de sueño los días anteriores al final de las vacaciones, para que el cuerpo no reciba los nuevos madrugones entregándonos niños cansados por la mañana.

Una buena organización: el uso de una agenda escolar es un buen hábito que podemos promover en nuestros hijos. Bastará que tengan un lugar fijo donde apuntar las tareas que les marcan, o alguna palabra clave de los temas que han aprendido cada día.  Si regularmente consultan la agenda no tendrán problema en llevar toda la tarea al día y realizar una buena planificación.

Fomentar los hábitos desde el principio: «mañana» no es una respuesta, cuesta mucho tiempo y esfuerzo crear un hábito y muy poco destruirlo. Seguramente nuestros hijos recuperarán antes los buenos hábitos de estudio si somos firmes en ellos desde el primer dia, haciéndolo como una cosa natural , gradual y sin dar alternativa. Esto es mejor a esperar a la fecha de exámenes para obligarles a sentarse delante del pupitre, y mucho peor si esperamos a recibir las notas.

Preparar un lugar de estudio: como actividad para los días anteriores (nos puede ayudar a levantarlos temprano con algo relacionado con el cole) ha llegado el momento de poner a punto la mesa de estudio, todo lo necesario (diccionarios, material escolar) debe estar fácilmente accesible y la habitación bien iluminada y ventilada, con posibilidad de aislarla de los principales ruidos de la vivienda (televisor, cocina, calle, etc).

En verano también se estudia: ya sea en un campamento, en unas clases de idiomas, o simplemente repasando un ratito cada día, es importante que los alumnos no olviden que hay un mundo maravilloso lleno de conocimientos. Les resultará más sencillo adaptarse al cambio si no han perdido la costumbre de aprender cosas nuevas y sorprenderse cada día.

Comprobar el peso de la maleta: un buen hábito es revisar cada día la maleta, valorar lo que necesitamos y lo que no, y dejar lo que no necesitamos en casa. Nuestros pequeños (y no tan pequeños) cargan un peso considerable a la espalda, y debemos ahorrarles cargas innecesarias. Hay niños que lo llevan «todo», pero eso no es la solución, es solo una mala costumbre que fomenta que apliquen soluciones vagas a los problemas que tengan. Una maleta con ruedas puede ayudar a reducir el peso que soportan en la columna. También es importante que, a pesar de modas, lleven la maleta bien sujeta en la espalda.

Normas de estudio: ya sea un horario para estudiar, la comprobación de las tareas, la restricción de acceso a internet, la consola y la televisión, el niño tiene que tener dentro de su rutina diaria un mínimo de tiempo para comprobar sus tareas, estudiar, hacer actividades y planificar los días venideros.

Involucrarnos con nuestros hijos: preguntar si han hecho todo no es involucrarse. Tenemos que convertirnos durante un tiempo en ese supervisor que investiga, conoce cada materia, comprueba lo que se ha estudiado, si se ha hecho, etc. No es necesario que lo hagamos todos los días, pero al principio es imprescindible para que los niños se sientan apoyados y vean que mostramos interés por su trabajo. Poco a poco podemos «levantar el control», sin dejar de revisar con alguna frecuencia y los hábitos que hemos inculcado a los menores se siguen cumpliendo con el objetivo de aprender y disfrutar aprendiendo.

 

Y por último, no agobiar a los niños y llegar a acuerdos con ellos. Todos los buenos hábitos vienen de la constancia, y no conseguiremos esa constancia a base de tratar de imponerles «nuestras» normas. En ese caso, el hábito durará lo que dure nuestro control. La solución es dialogar, explicar y hacer entender al niño la necesidad de esas normas, que las hagan suyas si es posible – podemos sentarnos con ellos y preguntarles qué les parece esta o aquella idea, y que sean ellos los que aporten sus propias normas bajo nuestra supervisión.

¡Mucha suerte en el nuevo curso escolar!

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