Cómo resolver las discusiones con tu pareja (1): identifica las causas
Hoy vamos a empezar una serie de artículos sobre un momento inevitable en toda relación de pareja: la discusión. El temido momento en el que tu pareja y tú os convertís en contendientes en lugar de compañeros. Saber resolver una discusión de pareja es un arte que pondría en jaque el mismísimo Sun Tzu, pues del resultado de una discusión depende en gran medida cómo se desarrolle la relación a partir de ese momento. Os vamos a dar algunas ideas y consejos sobre las discusiones, para que reflexionéis y tratéis de poner un punto de vista diferente en esos momentos en los que se descarga tanta energía negativa que saltan chispas entre vosotros. Hay tanto que decir, que seguro tendréis que aportar vuestro granito de arena en los comentarios.
Primer paso: analizar las causas. Las parejas discuten por infinidad de motivos: familia, dinero, tiempo libre, la educación de los hijos, el sexo, la organización, etc. El primer paso para resolver una discusión de forma exitosa es saber por qué estamos discutiendo realmente, cuál ha sido el detonante, si hay alguna razón oculta, si estamos de acuerdo al menos en lo que estamos resolviendo con la discusión. En este post nos centraremos en este aspecto.
El detonante: en muchas ocasiones, la acción comienza cuando uno de los miembros de la pareja ha hecho algo ofensivo para el otro. Llegar bebido a casa, un flirteo, una frase mal dicha, el desorden, una mentira, una opinión, un gesto. Esto desencadena la discusión, y la otra parte de la pareja reacciona al hecho de forma más o menos agresiva. Cuando esto suceda, lo mejor es que la persona que ha actuado mal a los ojos de otra reflexione sobre el detonante, analice si realmente está mal lo que ha hecho y, si ese es el caso, trate de resolverlo compensando a la otra persona por su error. Nadie conoce mejor nuestra relación de pareja mejor que nosotros mismos, así que si la hemos fastidiado y queremos arreglarlo de buena gana, será muy fácil enmendar el fallo, siempre que la otra persona también tenga predisposición para ello. Si no, puedes probar con «cariño, tienes razón, ¿cómo podría compensarte?», que demuestra que aceptas tu parte de culpa y además dejas claro que tienes interés en solucionarlo.
Ojalá fuera siempre así, ¿verdad? En ocasiones, no estamos de acuerdo sobre las razones para comenzar una discusión, y entonces pasamos directamente a una estrategia defensiva/ofensiva según sea nuestro carácter. Lo mejor en esos momentos en los que no entendemos que hemos hecho mal, será analizar si hay alguna razón oculta para ese enfado. ¿Un mal sueño? ¿Mal día en el trabajo? ¿Frustración por algún hecho?¿Peleas con otras personas? ¿Tensiones por algún punto en el que no os ponéis de acuerdo (ej: hijos, hogar, familia)? Analiza siempre si hay alguna otra razón además de la que parece haber causado la discusión. Puedes ver una señal clarar de que hay una razón oculta en los casos de reacciones desproporcionadas (romper un plato no es para ponerse a gritar), pero las sutilezas de la personalidad hacen que a veces sea difícil hilar causa y efecto.
En los casos en los que, perplejos, no entendamos la reacción de nuestra pareja ante una situación, antes de defendernos o atacar podemos utilizar una frase sencilla para averiguar el motivo, como «de verdad que trato de entender el motivo de esta discusión, ¿podrías aclarármelo?», y si aun así no hemos llegado a comprender cómo estamos ahí, podemos preguntar directamente: «¿es esta la verdadera razón, seguro que no hay nada más?». De este modo, si nuestra pareja está guardando un montón de razones que se han acumulado hasta ese momento, sentirá que escuchamos, tenemos interés y predisposición para solucionar el problema. En cualquier caso, siempre es mejor preguntar incluso cuando tengamos una razón «sospechosa», mostrará que no tratamos de imponer nuestra opinión ni desviar el tema.
Te recomendamos calma con las discusiones. En el próximo artículo de la serie, hablaremos de cómo discutir para ganar, ¡no te lo pierdas!.
No olvidemos tampoco que la causa de una discusión no tiene porqué ser algo que acaba de suceder. Si tu pareja se cabrea porque miras a otro, o a otra, es posible que realmente sea sólo la punta del iceberg y que en realidad esté molesta por algo que hiciste en el pasado.
Hay que analizar si los motivos de la reacción son suficientes como para justificar el cabreo o no. Si no lo son, posiblemente haya mucho más que lo que se ve a simple vista …
Saludos,