El secreto de la vida
Letra de Baz Luhrmann, «Todo el mundo es libre de usar protector solar». Un montón de consejos con una música inspiradora. Tenemos que reflexionar un poco sobre qué camino llevamos y las decisiones que tomamos en nuestra vida.
Señoras y señores de la generación del ’97:
usen protector solar.
Si sólo les pudiera dar una recomendación para el futuro,
sería usa «protector solar».
Los beneficios a largo plazo del protector
han sido comprobados por científicos,
mientras que el resto de mis consejos no tiene
base más creíble que mi propia experiencia deambulante.
Voy a proporcionarles estos consejos ahora.
Disfruta el poder y la belleza de tu juventud.
Mmm!, olvídalo;
no entenderás el poder y la belleza de tu juventud
hasta que ya se hayan desvanecido.
Pero confía en mí: en veinte años
verás fotos tuyas
y recordarás de una manera que hoy no puedes concebir
cuántas posibilidades tenías frente a ti
y qué tan bien realmente te veías.
No estás tan gordo o gorda como imaginas.
No te preocupes por el futuro.
O preocúpate, pero tienes que saber que el preocuparse
es tan efectivo como tratar
de resolver una ecuación de álgebra
sólo por masticar un chicle.
Los verdaderos problemas en la vida
son posiblemente las cosas
que nunca cruzaron tu mente angustiada,
el tipo de cosas que te sorprenden
a las cuatro de la tarde en algún martes cotidiano.
Haz cada día una cosa que te dé miedo.
Canta.
No juegues con los sentimiento de los demás;
no toleres a aquellos que juegan con los tuyos.
Usa hilo dental.
No pierdas tu tiempo con envidias:
a veces estás adelante, a veces detrás.
La carrera es larga pero, al final,
compites sólo contigo mismo.
Recuerda los cumplidos que recibes.
Olvida los insultos. Si lo logras,
dime cómo lo hiciste.
Guarda tus viejas cartas de amor,
tira tus viejos recibos bancarios.
Estírate.
No te sientas culpable
si no sabes qué hacer con tu vida.
La gente más interesante que conozco
no sabía a los veintidós qué hacer con la suya.
Algunos de las personas más interesantes que conozco
aún no lo saben a los 40.
Toma mucho calcio.
Cuida tus rodillas:
las extrañarás cuando te dejen de acompañar.
Quizá te cases, quizá no;
quizá tengas hijos, quizá no;
quizá te divorcies a los cuarenta;
quizá bailes la danza del pollo en tu aniversario de diamantes.
Lo que sea que hagas,
no te agrandes demasiado,
pero tampoco te flageles.
Tus decisiones son un cincuenta por ciento de oportunidad;
igual que las de los demás.
Disfruta de tu cuerpo:
úsalo de cada manera que te sea posible.
No tengas pena de él o de lo que otros piensen de él:
es el instrumento más maravilloso que jamás vas a tener.
Baila.
Incluso si no tienes dónde hacerlo más que en tu sala.
Lee las instrucciones, incluso si jamás las seguirás.
No leas revistas de belleza:
sólo te harán sentir feo.
Trata de conocer a tus padres:
nunca sabrás cuándo dejarán de estar a tu lado.
Sé bueno con tus hermanos y hermanas:
son el mejor vínculo a tu pasado
y las personas
que más probablemente estarán a tu lado en el futuro.
Entiende que los amigos van y vienen,
pero a algunos preciados será mejor que los mantengas.
Trabaja duro para borrar las fronteras geográficas
y tu nivel de vida,
porque mientras más envejezcas,
más necesitarás a la gente
que te conoció cuando fuiste joven.
Vive alguna vez en la ciudad,
pero déjala antes de que te endurezca.
Vive una vez en el campo,
pero déjalo antes de que te ablande.
Viaja.
Acepta ciertas verdades ineludibles:
los precios suben,
los políticos mienten.
Tú, también, envejecerás.
Y cuando lo hagas, fantasearás
que cuando fuiste joven,
los precios eran razonables,
los políticos, nobles
y los hijos respetaban a sus padres.
Respeta a tus padres.
No esperes que nadie más te mantenga.
Quizás te hereden algo,
quizás tendrás una pareja con dinero,
pero nunca sabes cuándo cualquiera de los dos
se agotará.
No hagas demasiado con tu cabello
o cuando cumplas cuarenta parecerá de ochentaicinco.
Fíjate de quién recibes un consejo,
pero sé paciente con aquellos que te lo dan.
Los consejos son una forma de nostalgia;
otorgarlos es una manera
de rescatar del basurero al pasado,
hacerle una limpia,
repintar las partes desgastadas
y pagar por su reciclaje más de lo que valía originalmente.
Pero confía en mí con lo del protector solar.